martes, 16 de febrero de 2016

Reformas y los problemas educativos del siglo XVIII


CARLOS III (1759-1788)    

Hijo de Felipe V y considerado el Rey Ilustrado, su reinado se caracterizó por la aplicación de las reformas del despotismo ilustrado. Este reinado se desarrolló en la Ilustración  con él se extendió la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, ocupación de la mayoría de la población y que estaba muy atrasada. Sus reformas fueron dirigidas hacia el reparto de tierras comunales, división de latifundios, recortes de privilegios de la Mesta, protección de la industria privada, liberación del comercio y de las aduanas, etc. Para ello se crearon asociaciones como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y los ministros de Carlos III prepararon diversos planes de reforma como el Memorial Ajustado de Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos que denunciaban las enormes propiedades amortizadas (mayorazgos de la nobleza o manos muertas de la Iglesia) y afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para el progreso del país.

Los ministros ilustrados aprobaron medidas para fomentar el desarrollo de la Industria. Se rompió el monopolio de los gremios en 1772; se establecieron, con escaso éxito económico, las Reales Fábricas, con apoyo del estado (armas, astilleros, vidrio, tapices…).
Interesado en promover la prosperidad del país, su programa de reformas e iniciativas alcanzó a las obras públicas, destacando la construcción del pantano de Loja, el puerto de San Carlos de la Rápita o la repoblación de Sierra Morena, creando municipios de nueva construcción como La Carolina.
Con respecto al comercio se adoptaron medidas conducentes a integrar el comercio nacional, como la mejora de las vías comunicación o la supresión de las aduanas interiores.
Económicamente hay que recordar a este monarca porque tendió a unificar el sistema monetario creando el primer papel moneda y la primera banca estatal (Banco de San Carlos 1782).
En el ámbito cultural, Carlos III entendía que la prosperidad nacional pasaba por el desarrollo cultural y educativo por ello impulsó la investigación científica, reformó la docencia y favoreció la difusión de los conocimientos.
En cuanto a la política exterior, intentó mantener el prestigio español y su presencia colonial, para ello, reformó el ejército e incrementó el poder naval español, hasta el punto de que pudo ser considerada en su época como la más poderosa después de la británica, además de esto, quería conseguir la paz en el Mediterráneo para garantizar el comercio español en estas aguas, neutralizar a Gran Bretaña en las colonias americanas y recuperar Menorca y Gibraltar de manos de los ingleses; conseguiría recuperar la primera plaza pero no así la segunda que sigue siendo colonia británica.


CAMPOMANES (1723-1803)    


Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez, conde de Campomanes; Santa Eulalia de Sorriba, 1723 - Madrid, 1803.
Introdujo una serie de medidas reformistas relacionadas con los problemas educativos de mediados del S. XVIII. Entre ellas, cabe destacar:

v  Los cuerpos de oficios, o gremios de artesanos, necesitan una educación y enseñanza par­ticular; respectiva a cada arte u oficio. Considera que la educación -técnica y moral- es insuficiente y descuidada entre los artesanos, lo que se deja sentir en la decadencia de las artes. Campomanes expresa la necesidad de que las artes y los oficios mejoren a través de la enseñanza, pues de lo contrario nuestros artefactos y manufacturas serán inferiores a las extranjeras.

v  La subordinación de los discípulos o aprendices a sus maestros; el estudio del dibujo; el rigor y justificación de los exámenes; los premios necesarios. Para Campomanes, es importante, por ello, la mejora de la legislación y la existencia de sociedades económicas que recompensen el verdadero mérito.

v  La educación de la mujer, con programas destinados a su enseñanza. Campomanes confía en la educación y es partidario de que las niñas reciban una enseñanza proporcionada, necesariamente acompañada de ejemplo materno. La idea de la necesidad de la enseñanza y de la aplicación femenina, aunque diferencial, ha de ser común a las dos clases, la popular y la aco­modada. Campomanes considera que ha llegado el momento de acabar con la ociosidad y la falta de educación de las mujeres.

v  Enseñanza de las reglas propias de cada oficio, sólido y tenaz método de estudio, conocimiento del dibujo y excelentes catedráticos. Campomanes reitera su pretensión de enseñar, perfeccionar, animar y dignificar las artes y oficios. Aclara que el término ‘artes’ se extiende tanto a las ciencias especulativas como a los oficios prácticos. Artes, en suma, que precisan una mejor educación y el auxilio de las matemáticas. Es preciso conocer las reglas de cada arte u oficio. Su enseñanza requiere teorías que el aprendiz debe adquirir de su maestro. El aprendizaje ha de ser gradual y metódicamente conducido.

v  Se insiste en la necesidad y utilidad del dibujo en las artes. Los maes­tros deben saberlo y enseñarlo en la escuela por obligación.

v  Se propugna una educación moral en la que se atiende igualmente a la dimensión religiosa y a la vertiente civil. Se critica el extendido uso de la capa y cofia, que contribuye a fomentar la pereza de no peinarse y a que surjan diversos problemas de salud.

v  Se hace hincapié en el valor de los rudimentos de lectura, escritura y aritmética desde la niñez

v  El examen de los aprendices es fundamental para el progreso de las artes. Si el aprendiz aprueba pasa al grado de oficial, equivalente a bachiller en cualquier Facultad.

v  Los oficiales han de mejorar gradualmente en su arte y conducta hasta estar en condiciones de pasar a maestros.

v  Destaca también el papel de los hospicios, por su carácter asistencial a los menesterosos y su relación con la enseñanza.

v  Propugna la realización de exámenes transparentes, justos y públicos para cuantos aspiran a la condición de maestros.

v  Los cuerpos de artes y oficios han de estar sujetos a examen que deben realizar dos veedores, es decir, maestros hábiles y expertos que inspeccio­nan con imparcialidad y, en su caso, amonestan e informan a la justicia

v  Defiende que se precisa un tiempo de aprendizaje variable según el oficio, progresión y respeto a los aprendices.

v  Demanda instrumentos, maquinaria, tratados y maestros inteligentes. Está convencido de que con estos elementos, reglas de la enseñanza y método paulatino se podrán rectificar muchos errores de los oficios y hasta se podrán introducir algunos desconocidos.
v  Impulsa la modernización pedagógica.

v  Muestra una postura moderada respecto a cómo se ha de amonestar a los mozos indisciplinados.

v  También contempla la prevención y la reinserción de marginados de diversa índole a través de la educación.


JOVELLANOS (1744-1811)

Según Jovellanos, la educación es el resultado de una buena instrucción, por tanto gracias a que el hombre es “instruible” es un ser educable y educar a un hombre es ilustrar su razón con los conocimientos que pueden perfeccionarle. La instrucción, según Jovellanos, sería: la perfección del hombre en orden a sí mismo (perfección y felicidad individuales), la comunidad (progreso y prosperidad nacionales o felicidad del Estado), la naturaleza (un mayor conocimiento y aprovechamiento de los recursos que ella brinda) y Dios (será la instrucción la que conduzca al hombre al destino que el Creador le ha reservado).

A este ilustrador le preocupa principalmente:

v  Los temas de la instrucción pública y de reforma universitaria.

v  Su interés para la formación de un plan general de instrucción pública (perfección física, intelectual y moral).

v  La necesidad de unificar métodos y libros de estudio para todo el país.

v  Propone que me imparta “La generalidad de los principios de cada ciencia primitiva”.

v  Proclama que la enseñanza se debe impartir en lengua castellana, por lo que es necesario ayudar a los profesores con buenas traducciones de obras extranjeras.

v  Defiende que el examen público se ha de exigir a todo alumno para que pase de un nivel a otro superior, y demostrar así que ha estudiado con aprovechamiento.

v  Se interesa por los espectáculos públicos, como el teatro, ya que puede influir favorablemente en la educación de la juventud.

v  Defiende todo lo que suponga motivación, como los certámenes públicos que manifiestan la presencia escolar en la sociedad.

v  Aborda también la educación de las niñas, la que ha de tener como objetivo principal convertirlas en buenas madres de familia (Admite que asistan a escuelas generales y gratuitas donde aprendan primeras letras, principios religiosos y labores para hacerlas recogidas y virtuosas; en el caso de aquellas que pertenecen a familias pudientes su educación podrá hacerse de forma más completa y esmerada en colegios costeados por sus padres).


FRANCISCO DE CABARRÚS (1725 – 1810)  

Cabarrús nació en Bayona, pero se nacionalizó como español. Fue el primer director del Banco de San Carlos, miembro activo de la Sociedad Económica de Amigos del País y uno de los mejores genios de la economía.
Su plan de enseñanza es muy radical  y se adecúa a la burguesía de la época. Propone un gobierno basado en la seguridad de las personas, la propiedad de los bienes y la libertad de opiniones, destacando la importancia de la educación, ya que para él es indispensable
Para Cobarrús, como para los demás ilustrados, la enseñanza debe ser física, intelectual y moral y ataca fuertemente a la enseñanza de la Iglesia. 
En cuanto a la enseñanza básica Cobarrús establece la creación de varias escuelas donde los niños aprendan a leer, escribir y contar, el Catecismo político y algunas nociones de Geometría. Esta enseñanza elemental debe ser cursada por todos los niños sin distinciones de clases sociales.
Eran necesarios libros sencillos y un catecismo político sobre la constitución del Estado, los derechos y obligaciones del ciudadano, la definición de leyes, la utilidad de su observancia y los perjuicios de su incumplimiento.
Tras recibir esta enseñanza los niños comienzan a dedicarse a distintas carreras que serían elegidas por el gobierno, ya que dirigía las vocaciones de los jóvenes intentando promover la agricultura, comercio, ganadería, las artes...
La formación de los maestros no es algo en lo que intervenga ya que Cobarrús piensa que cualquier hombre sensato y honrado que utilice métodos buenos y eficaces y destaque su humanidad y patriotismos puede dedicarse a ello. Pero deben ser reconocidos sus esfuerzos y ser objeto de gratitud, así como recibir honores por su labor. Establecía que la religión debía enseñarla la Iglesia y los padres de los jóvenes pero la educación nacional debía ser llevada a cabo por los laicos.
Cabarrús es el primer defensor de separar la enseñanza en dos bloques, la enseñanza de la religión por una parte y el del resto de las materias por otra.

PABLO DE OLAVIDE (1725-1803)   

Pablo Antonio José de Olavide y fue un escritor, traductor, jurista y político español. Desarrolló exitosas empresas de colonización en España conocidas como las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena. Fue procesado y condenado por la Inquisición española en 1778, aunque logró evadirse exiliándose en Francia. También fue caballero de la Orden de Santiago.
En su larga vida, llena de éxitos y fracasos, llega por fin a Sevilla donde fue nombrado asistente y llevó a cabo sus primeras reformas. Entre ellas destacaría la recordación urbana de la ciudad, a partir de la cual todas las casas, iglesias y conventos habían de ser numeradas con azulejos, agrupándolas por manzanas, siendo todo ello costeado por los dueños de los inmuebles. Además, se dividió la ciudad en cinco cuarteles (incluida Triana) los cuales quedaban en su conjunto subdivididos en 40 barrios (ocho barrios por cada cuartel), que a su vez hacían un total de 320 manzanas.
Además Olavide estaría al frente de otros proyectos considerables para la sociedad sevillana, como la reforma universitaria y docente, gracias a la cual, hoy en dia existe una universidad con su nombre, la liberación del comercio, la mejora de la navegación del río Guadalquivir o la reforma agraria e incluso de la beneficencia municipal.
Hizo frente también Olavide al fraude en la Real Hacienda y a los abusos en la administración de las rentas municipales; así como a la injusta distribución de la tierra e incluso a la vida relajada en los numerosos conventos de la ciudad.
También fueron notables sus aportaciones en el plano cultural, destacando su recuperación de las funciones teatrales en la ciudad, que habían sido prohibidas en Sevilla por cuestiones de rigidez moral, tal y como apunta el catedrático sevillano Alfonso Pozo Ruiz en uno de sus trabajos para la hispalense sobre la figura de Pablo de Olavide.

Muchas de estas reformas, le llevaros a tener problemas con la santa inquisición. Y tuvo en varias ocasiones que exiliarse.




WEBGRAFÍA

http://www.fenixnews.com/wp-content/uploads/2013/07/PABLO-OLAVIDE.jpg

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/fotos/cabarrus_francisco.jpg

http://info.valladolid.es/ensutinta/wp-content/uploads/2013/10/gaspar_melchor_de_jovellanos.jpg

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http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/fotos/carlos_iii_espana.jpg




http://sevilla.abc.es/sevilla/20130612/sevi-perfil-biografia-pablo-olavide-201306101640.html#

lunes, 8 de febrero de 2016

Jovellanos, Pionero y Visionario


El Siguiente artículo abarca el tema de la implantación de la Educación Física en el sistema educativo. A través del ilustrado Jovellanos durante finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Los autores de este artículo son María José Daniel Huerta, licenciada en Pedagogía, y Chema Sánchez, licenciado en Derecho y Educación Física y Deportes, dicho artículo publicado en 2013.

El artículo se enfoca, por parte de los autores, desde un punto de vista de dificultades y obstáculos a la hora de conseguir complementar la Educación Física con las demás materias del sistema educativo.
Estos dos autores introducen a Gaspar Melchor de Jovellanos “como pionero de la educación física y un visionario capaz de intuir la importancia que conseguiría el desarrollo de las condiciones físicas de los ciudadanos” (Mº José Daniel Huerta y C. Sánchez, 2005).

“Jovellanos era la reforma de la enseñanza, lo que debía conducir a una mejora de la sociedad” (Mª José Daniel Huerta y C. Sánchez, 2005) al igual que la mayoría de los ilustrados era su mayor anhelo el poder cambiar la enseñanza en esa época
“Jovellanos primer pedagogo español que afronta la necesidad de la educación física como parte de un desarrollo armónico se basó en referencias de sus antecesores Rousseau o Locke, asumiendo los métodos naturales y el aprendizaje a través del empirismo” (Mª José Daniel Huerta y Chema Sánchez, 2005).

Ambos autores coinciden en que “Pablo Olavide fue, en realidad, el primero en llevar la idea de necesidad de un cambio en los procesos educativos que debían decantarse hacia derroteros más prácticos” (Mª José Daniel Huerta y C. Sánchez, 2005). Al centrar el artículo en Jovellanos, los autores, dan a entender que la aportación de Jovellanos,  toma un punto de vista más intelectual en el campo de la educación física, y que es mejor que la que propone Olavide, la cual es de una manera mucha más práctica y sedentaria.

Finalmente la valoración que hace Jovellanos por “el juego” es muy alzada por los dos autores, puesto que, no solo es el concepto de juego en fiestas y romerías, sino como un mecanismo educativo.




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