Lorenzo Milani nació el 27 de mayo de 1923 en Florencia y falleció el
26 de junio de 1967. Aunque sus padres
pertenecían a diferentes religiones (padre cristiano y madre judía) el
matrimonio Milani no era muy creyente.
En su adolescencia, no fue muy buen estudiante ya que aborrecía el
sistema académico y su ausencia en el colegio era habitual por su grave
enfermedad.
A los 18 años decide estudiar
pintura y no ir a la Universidad. Aunque finalmente optó por entrar en
el seminario, ya que sentía mucha atracción por las Iglesias y vestimentas de
los cardenales para pintarlas. En 1943
ingresa en el seminario no pasando inadvertido y provocando confusión en
su familia.
En 1947 se ordena sacerdote tomando partido por los pobres y por
aquellos que tienen menos recursos. Su actitud nunca fue la de resignarse sino
la de cambiar el mundo a través de la escuela: Escuela para todos y
especialmente para los más pobres.
Escribe “Experiencias Pastorales” en el que relata los problemas y
errores de la sociedad italiana tras la guerra, dedicando una parte de este
libro a la Escuela Popular.
En 1954 es enviado como párroco a Barbiana, donde encuentra una
oportunidad para estar más cerca de los pobres. Allí crea una nueva Escuela popular donde enseña la lengua
italiana a los pobres, y será la que cambie realmente la vida de los mismos.
En 1957 abre una escuela de formación profesional para los alumnos que
terminasen la escuela primaria.
Milani exigía a sus alumnos para que fuesen los
mejores y que no fueran considerados ciudadanos de segunda categoría. Esto
provocó la llegada de cartas de amenazas e insultos hacia Milani. En 1965 se
celebró un juicio al respecto donde Milani fue absuelto. Se acordó un segundo
juicio pero Milani no llegó a presenciarlo puesto que murió antes.
En 1967 se público la “Carta a una Maestra”
publicadas por ocho alumnos de una escuela rural.
Milani expuso a sus alumnos un camino difícil para su liberación al
igual que Paulo Freire a través de sus experiencias de alfabetización y con el
dominio de la palabra. Para poder entender la pasión de estos alumnos por
adquirir conocimientos hay que tener en cuenta la fuerte influencia que supuso para ellos su maestro. A esta manera
de relación educativa la cual se fundamenta en la personalidad del educador y su ejemplo, Martinelli, uno de los
alumnos que tuvo Milani, la bautizó con el nombre de pedagogía “de la adherencia”, de adhesión a la realidad; en
conclusión del compromiso total con la tarea impuesta. Este compromiso surge
del amor a los demás. Cuando le preguntaban sobre métodos y currículum él
contestaba que lo esencial no es “cómo hay que hacer para dar la escuela” sino “cómo hay que ser para poder darla”. La
primera condición para dar la escuela era “creer
con todo el alma” en lo que el
individuo está desempeñando, ayudar a los más necesitados e intentar y desear
con fuerza en que estos adquieran un nivel superior del que tienen o centrar
más la educación en la persona, en los valores en los que la preocupación por
el prójimo sea de lo más importante y que se quiera al oprimido. Milani con creía en la neutralidad del
docente, por el contrario él consideraba que había que influir en el alumno y
tener sobre él una autoridad importante. Esta autoridad a veces le hacía
parecer demasiado duro o autoritario, pero su objetivo con esto era que sus
alumnos desarrollaran amor propio por ellos mismos, incitar el sentimiento de
rebelión en ellos y hacerles sumergirse en un dialogo crítico.
En cuanto a la organización de la escuela de Barbiana nos encontramos
con que se da prioridad al aprendizaje
práctico y se consideran a los alumnos los protagonistas de su propio
aprendizaje. No seguían ningún tipo
de programa oficial sino que entre todos escogían los contenidos y
conocimientos que ellos consideraban más adecuados o interesantes con el único
criterio de que estos fueran aplicables a su día a día y a su porvenir. Uno
de los contenidos más trabajados en la escuela de Barbiana era la enseñanza del
lenguaje. Esta se realizaba a través de nuevas técnicas de comunicación,
atribuyendo nuevos significados a cada palabra y no se avanzaba hasta que todos
los alumnos habían comprendido correctamente cada mensaje implícito en los
contenidos de aprendizaje. En cuanto al aprendizaje de lenguas extranjeras nos
encontramos con un tratamiento especial a través de técnicas audiovisuales
(discos, lectura de periódicos internacionales, correspondencia escolar…)
bastantes revolucionarias teniendo en cuenta el contexto en el que se
encontraba la escuela, en un contexto intensamente rural. La adquisición de
otro idioma permitió a sus alumnos adolescentes ir a trabajar a otros países
extranjeros, experiencia enriquecedora y que era sustituta de realizar un
examen de nivel, los cuales fueron abolidos por Milani.
Una de las metodologías más características de la
pedagogía milaniana fue la escritura
colectiva: empleada para escribir cartas a
otros niños de diferentes escuelas o personajes imaginarios. El proceso
implicaba una reflexión profunda sobre lo que se quería decir y el
mejor modo de decirlo. En esta tarea de creación, en la que se convertía en un
taller de escritura literaria.
En la escuela de Barbiana se aprendían todo tipo de asignaturas de una
forma algo inusual. Esta manera de aprender era a partir de la realidad
cotidiana para poder comprenderla adecuadamente e intervenir en ella. Por
ejemplo, en Historia se aprendía a través de la realización de pequeñas
investigaciones locales, en Ciencias a través de la observación directa de la
naturaleza, en los talleres de Trabajos Manuales a través de la construcción de
objetos necesarios para la vida cotidiana. Todos los materiales utilizados para
la construcción y adquisición de los conocimientos eran de propiedad común y
todas las tareas y actividades se realizaban con una metodología de gran grupo
o pequeños grupos.
Todos estos planteamientos metodológicos derivan de una idea común, la
cual es la inspiradora de toda la pedagogía milaniana: “la sociedad puede
llegar a cambiar a través de la educación y los alumnos de Barbiana eran buena
prueba de esta afirmación.
Conclusión
Como finalidad educativa de
la escuela Barbiana de Lorenzo Milani podemos concretar la búsqueda de una
nueva sociedad, en la cual el trabajo conlleve la felicidad y no sea sinónimo
de esclavitud. Una escuela en la que las leyes estén dirigidas a favor de los
pobres, y estos tengan la posibilidad de elegir sobre su futuro. Para ello
Milani añade que hay que armar a los pobres con
las armas de las palabras y el razonamiento.
Webgrafía:
Parro Fernández, I.: Don Lorenzo Milani: su
vida, sus obras, su mundo en San Donato y en Barbiana, en Contribuciones a
las Ciencias Sociales, abril 2011,
del Pozo Andrés, M. (2004). Teorías e
instituciones contemporáneas de educación. 2nd ed. Madrid: Biblioteca
Nueva, pp.278-281
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